jueves, 16 de octubre de 2014

CLIMA MEDITERRÁNEO

El clima mediterráneo es una variedad del clima subtropical, que se caracteriza por sus inviernos húmedos y templados; y los veranos secos y calurosos. Aunque la principal característica de este clima es la presencia de un periodo de uno o varios meses de sequía, seguido de otro periodo de lluvias torrenciales y una amplitud de más de 15ºC, mayores al clima subtropical típico. El nombre lo recibe del Mar Mediterráneo, cuyas zonas ribereñas son las más representativa del clima, pero está presente en otras zonas del planeta.
El clima se da en las latitudes medias de las fachadas oeste de los continentes, tanto del hemisferio norte como del sur: en los países que rodean al Mar Mediterráneo, Sudáfrica, Chile, California, o Australia. Países como España, Grecia,Turquía, MarruecosArgelia, o Italia son ejemplos de este tipo de clima, especialmente atractivo a nivel turístico debido a las temperaturas cálidas y a la escasez de precipitaciones durante los meses estivales.
Se encuentra situado en una zona de transición entre el clima templado y cálido. Estas dos áreas tienen una vegetación claramente diferenciada que sigue los paralelos 35°N y S de la Tierra.
El área templada se caracteriza por tener una pluviosidad abundante y regular durante todo el año (más de 800 mm), con temperaturas suaves en verano y un periodo más o menos largo de heladas en invierno. La vegetación resultante es arbórea de tipo caducifolio con árboles altos y bien desarrollados, y unos estratos herbáceos y arbustivos nemorales. Suelen tener suelos profundos y ricos en nutrientes y agua. El clima subtropical es un clima muy seco todo el año (desértico, de menos de 250 mm), y tiene un marcado carácter continental (con grandes oscilaciones térmicas entre el día y la noche). La pobreza del suelo, unida a la gran aridez reinante, da lugar a una cobertura vegetal escasa. Son plantas arbustivas en el mejor de los casos, con muchas adaptaciones para resistir la sequía y protegerse de los herbívoros (plantas suculentas, espinosas, llenas de esencias, a menudo caducifolias estivales).

 

martes, 14 de octubre de 2014

clima cantabrico

Se extiende por la cornisa cantábrica y la costa gallega, con una penetración hacia el interior que apenas supera, y no siempre, los 100 km. Entre los climas peninsulares ofrece el régimen menos contrastado. Mes a mes se mantiene un ritmo constante en las precipitaciones, humedad, temperaturas, insolación, etc.
Las precipitaciones son muy abundantes y se sitúan casi siempre por encima de los 1.000 mm (Pontevedra 1595 mm, La Coruña 971 mm, Oviedo 964 mm, Santander 1198 mm, Bilbao 1.258 mm y San Sebastián 1.529 mm). Además de copiosas, las lluvias están muy bien repartidas a lo largo del año, con un máximo en otoño-invierno y un mínimo estival, aunque ningún mes recibe menos de 30 mm. Los 150-160 días de precipitación anual suponen la presencia de lluvia un día sí y otro no. La intensidad de su caída es baja y recibe los nombres de chirimiri, orballo, morrina y calabobos. En estas condiciones, la humedad relativa es alta (80%) durante todo el año.
Las temperaturas medias son suaves pues oscilan entre los 12° de Lugo y los 15° de Vigo, pasando por los 13° de San Sebastián y los 14,1° de Gijón. La media de enero no baja de los 6° y la de julio no supera los 20°, lo que nos da una amplitud térmica entre 9-11°, la más baja de la Península.
Las heladas son poco frecuentes en esta franja costera (menos de 10 días al año). Sorprende, sin embargo, que Galicia vaya a la cabeza entre las regiones peninsulares por los días de granizo, que tienen lugar durante el invierno como fruto de tormentas de origen frontal. Los granos de hielo son de tamaño reducido (5 mm) y sus efectos destructivos están muy lejos de los originados por las tristemente famosas pedregadas de la Mancha o del valle del Ebro.
Existe una clara diferencia entre la cornisa cantábrica y el noroeste gallego. La primera, abierta tanto a las advecciones del norte como a las del noroeste, es algo más fresca que la segunda y su cielo aparece cubierto de nubes con mayor frecuencia. Sin embargo, la llegada de los vientos húmedos del sur, tras cruzar la Cordillera Cantábrica, eleva las temperaturas de finales del invierno y comienzos de la primavera debido al efecto föhen. Esta es la explicación de las máximas absolutas en la costa durante los meses de febrero (Gijón 28,8° y Bilbao 26,6°) y marzo (Gijón 31° y Santander 30°).
La costa gallega ofrece un régimen más lluvioso, con alguna excepción como La Coruña, y con menores contrastes térmicos que la zona cantábrica por hallarse bajo los efectos de las masas más cálidas y húmedas, arrastradas por los vientos del oeste y suroeste.

La imprenta de Gutenberg


Ante la controvertida historia aparecieron a disputar la gloria del llamado "Padre de la Imprenta" los nombres del alemán Mentelin, impresor de Estrasburgo (1410-1478); el italiano Panfilo Castaldi, médico y después tipógrafo en 1470, otro italiano de nombre Aldus, Lorenzo de Coster, de Haarlem, (Países Bajos) (1370-1430). Cada uno tiene un monumento en sus respectivas localidades; sin embargo, perdieron el pleito definitivamente los partidarios de Mentelin y Castaldi.

Ya los romanos tuvieron sellos que imprimían hojas de inscripciones sobre objetos de arcilla alrededor del año 440 a. C. y el 430 a. C. Entre 1041 y 1048, Bi Sheng inventó en China —donde ya existía un tipo de papel de arroz— el primer sistema de imprenta de tipos móviles, a base de complejas piezas de porcelana en las que se tallaban los caracteres chinos; esto constituía un complejo procedimiento por la inmensa cantidad de caracteres que hacían falta para la escritura china. En 1234 artesanos del reino de Koryo (actual Corea), conocedores de los avances chinos con los tipos móviles, crearon un juego de tipos móviles de metal que se anticipó a la imprenta moderna, pero lo usaron raramente.2 Sin embargo, la imprenta moderna no se creó hasta el año 1440 aproximadamente, de la mano de Johannes Gutenberg.
En Europa, muchas personas y poblaciones pretendieron ser parte de este arte; aunque las opiniones apuntan a que fue el alemán Johannes Gutenberg, por las ideas que tenía y la iniciativa de unirse a un equipo de impresores, lo que lo apoya como el inventor de la tipografía. Existe documentación subsecuente que le atribuye la invención aunque, curiosamente, no consta el nombre de Gutenberg en ningún impreso conocido.

miércoles, 1 de octubre de 2014

Al parecer la diferencia de nivel entre el Atlántico y el Mediterráneo provocó la rotura del dique de roca que se había formado en el estrecho de Gibraltar. Lo que había tardado cientos de años en secarse se llenó en 40 años a través de una enorme cascada. Hoy día, la evaporación completa del actual Mediterráneo, si se cerrase Gibraltar, llevaría unos 1.000 años y en su fondo se formaría un sedimento de sales de 70 metros de espesor. Éste es un mar en el que se evapora más agua de la que entra por los ríos, provocando una salinidad más elevada que en el Atlantico, océano éste del que recibe el agua que pierde evaporada.

Clima y paisaje mediterráneo




Al parecer la diferencia de nivel entre el Atlántico y el Mediterráneo provocó la rotura del dique de roca que se había formado en el estrecho de Gibraltar. Lo que había tardado cientos de años en secarse se llenó en 40 años a través de una enorme cascada. Hoy día, la evaporación completa del actual Mediterráneo, si se cerrase Gibraltar, llevaría unos 1.000 años y en su fondo se formaría un sedimento de sales de 70 metros de espesor. Éste es un mar en el que se evapora más agua de la que entra por los ríos, provocando una salinidad más elevada que en el Atlantico, océano éste del que recibe el agua que pierde evaporada.

Clima oceánico


                                                           
El clima oceánico se caracteriza por unas temperaturas suaves y abundantes precipitaciones a causa de la proximidad al Océano, en las costas occidentales de los continentes. Los inviernos son fríos y los veranos frescos con una oscilación térmica anual pequeña (10 °C de media). Las precipitaciones son abundantes y están bien distribuidas aunque con un máximo invernal.
Bajo la clasificación climática de Köppen, la zona típica asociada con el clima oceánico es Cfb, aunque incluye a zonas subtropicales de tierras altas no usualmente asociado con climas marítimos. Con frecuencia, partes de las zonas Csb mediterránea o subtropical de verano seco no están asociadas con el típico clima mediterráneo, y clasificado como oceánico templado (Cfb), exceptuando a patrones con veranos secos con mínimas de Koeppen Cs. Otras clasificaciones climáticas, como la de Trewartha, coloca a esas áreas firmemente en Zona Oceánica (Do).1