El tipo de bosque quemado en los grandes incendios de Valencia favorece
la regeneración natural de la vegetación, por lo que las posibles
labores de reforestación deberían ser muy puntuales, han coincidido en
señalar.En el caso de especies como la carrasca, una vez que pasa el calor del
incendio, las yemas de sus raíces comienzan a activarse y en unos días
pueden verse los primeros brotes.Otras como los madroños o los brezos requieren que llueva para que las
yemas se activen, y las que no son capaces de rebrotar, como el romero,
tienen semillas enterradas en el suelo "que son muy resistentes al fuego
e incluso se ven estimuladas a germinar por el calor".
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